por Modesto González.
Universidad Carlos III.
La tarde se amortaja en la distancia.
Se deshila entre grises el poniente.
Junto al claro rumor de la corriente
la alameda despliega su fragancia.
La inclinación granítica del monte
se tiñe de colores otoñales.
Octubre se enrojece en los bancales
exhalando quietud el horizonte.
Se me ahonda sereno el sentimiento
en la tarde que vibra transparente,
menguada la distancia de lo eterno.
Se diluye en el ámbito del viento
el azul liberado de mi frente,
penetrando en la calma del invierno.
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